martes, 30 de junio de 2009

El bonsai y el tiempo...

Uno de los primeros aprendizajes del bonsai es lo referente al tiempo. Lo más complejo de un bonsai es el tiempo que se requiere. Primero un tiempo para su cuidado y contemplación. Este tiempo es presente, es tiempo real que se necesita para su mantenimiento.

El segundo tiempo es el referente al tiempo futuro, inexistente, abstracto en si mismo. Un tiempo que no es factible predecir ni poseer. Es el no-tiempo. Es ese tiempo que se espera tener, el tiempo que se espera recibir y disponer, como una inversión que redituará en el futuro. El tiempo del bonsai así es, un no-tiempo.

Obliga a replantear el tiempo real, a detenerse, a aprender sobre las pausas, y los momentos. Sobre los instantes y su valía.

El no-tiempo del bonsai actúa como un freno al tiempo real, logra la abstracción, la contemplación, la meditación. Logra generar una ruptura en el continum espacio-temporal al generar una ventana por la cual se puede acceder al no tiempo y al no espacio, como si de un jardín Zen se tratara.

El jardín Zen es eso, un espacio abstracto al cual se puede acudir y abstraerse, el centro de este jardín zen no lo conforman las piedras, lo conforma un único Bonsai, el eje supremo, el equilibrio perfecto entre wabi, sabi y shibui.

El tiempo real existe en el mundo del Bonsai, el No-tiempo es el que se necesita crear y conformar para que pueda no-existir. El bonsai es la llave para la generación del no-tiempo.

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